11 abr 2016

"La 38 me aprieta el (...)"


Esta semana quiero dedicar mi entrada a una de las obsesiones y preocupaciones de casi toda (por no decir toda) la población mundial, reconozco que me meto en el saco. El cuerpo "10".

"Bienvenidos al mundo real"

Llega el buen tiempo en esta parte del hemisferio, toca enseñar morcillas, ¿qué problema hay? dirán algunos mientras se acuerdan de los polvorones de Navidad y de las bollas de Semana Santa, pues ese es el problema, que a todo el mundo le encantaría estar perfecto para lucir palmito en playas, piscinas, ríos y demás lugares de refresco primaveral y veraniego. Aunque todo esto favorezca a diferentes negocios como gimnasios, clínicas de estética, centros de dietética...

La verdad es  que no sólo somos cuerpo, somos organismos vivos, que nos relacionamos de diferentes maneras, algunos hasta somos capaces de pensar por nosotros mismos, y que no estamos en este mundo para "monear" o para que nos siente mejor la ropa de baño o el "conjuntito" de moda.

El mundo está lleno de gente normal, con más o menos barriga, más o menos pecho, más altas, más bajas, mas rubias, morenas, pelirrojas, bicolores... con ojos de todos los colores (algunos hasta de varios), más o menos caderas, pelos, brazos, orejas, nariz... pero todos, excepto por alguna causa, antropomórficos.

El canon de belleza es algo que cambia, al igual que las modas, es cíclico. Los griegos adoraban la celulitis, en España por los años 60 a los niños flacos se les daba pastillas para engordar, estar moreno en el franquismo era sinónimo de pobreza...

El verdadero drama

El problema de este "extraño" culto al cuerpo es el que estamos creando en sociedades y generaciones venideras, que se preocupan más de su físico que de adquirir conocimientos, de prosperar como personas, despreocupadas por problemas del mundo real y si por un mundo artificial.

Millones de personas sumándose a absurdos retos como el del folio, el de la clavícula, el de la mano que gira el cuerpo, y un largo etc. de diversas "gilipolleces", con perdón del improperio, que sin darnos cuenta, no sólo favorece la instauración de un canon de belleza anti-bello y unos cuerpos extremadamente delgados (y horribles), sino que además genera verdaderos problemas de salud como anorexia, bulimia, vigorexia, tanorexia, etc

Por suerte, actualmente, vivimos en una sociedad que acepta a los Seres Humanos tal como son, con movimientos, que a mi personalmente me incomodan por la forma de denominarlos (gordibuenas, fofisanos...), que hacen que el culto al cuerpo pase a un segundo plano.

Sin entrar más en esto, ya que merece una, dos y hasta millones de publicaciones, quiero decir que debemos preocuparnos de ser y desarrollarnos como personas y no ser tábulas rasas, muñecas y muñecos preocupados por kilos, arrugas y tallas.



Para finalizar, sin querer molestar a nadie, haciendo alarde de mi gran don de la palabra y mi ordinariez (de la que estoy bastante orgullosa) quiero decir que "EL TAMAÑO QUE IMPORTA NO ESTÁ DONDE TODOS PENSAMOS" y que "LA 38 ME APRIETA EL (...)"



Con respeto, espero no ofender a nadie con mi léxico, pido perdón por las malsonancias y los comentarios obscenos y ordinarios, e imagen (aunque esto último me de un poco igual). 







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